La mina de tungsteno y estaño de Drakelands y las instalaciones de procesamiento anteriormente operadas por el grupo australiano Wolf Minerals, y quizás más conocidas como la operación Hemerdon, han sido adquiridas por la empresa Tungsten West por 2,8 millones de libras esterlinas (3,7 millones de dólares estadounidenses).

Drakelands, ubicada cerca de Hemerdon en Plymouth, Reino Unido, quedó suspendida a fines de 2018 después de que Wolf entrara en administración, debiendo alrededor de £ 70 millones (USD 91 millones) a los acreedores.

Una empresa llamada Drakelands Restoration, una subsidiaria de la empresa de servicios Hargreaves, se hizo cargo del sitio en 2019, mientras que la operación permaneció en cuidado y mantenimiento. Los informes de las noticias locales indicaron que Hargreaves había firmado un contrato de servicios mineros de 10 años con Tungsten West por un valor de £1 millón al año, a partir de 2021.

Vista de Roskill

Drakelands tenía una capacidad nominal de 2,6 ktpa W en concentrados cuando Wolf Minerals lo reabrió en 2015. Los informes de producción iniciales de la compañía describieron sus dificultades para extraer y procesar la parte erosionada cerca de la superficie del depósito de granito. Esto afectó negativamente a las recuperaciones del mineral de partículas finas y, posteriormente, Wolf no pudo cumplir con sus compromisos de suministro contratados.

Las recuperaciones en la operación mejoraron, pero se mantuvieron muy por debajo de la capacidad nominal, alcanzando un máximo de 991t W en 2018.

Sin duda, el reinicio de las operaciones sería bienvenido para los consumidores de Europa y América del Norte, ya que representan una de las minas más grandes y de larga duración fuera de China. La clave para el éxito futuro de la operación será resolver los problemas de procesamiento que plagaron a Wolf Minerals.